“Archivo de la desobediencia”: tan lejos de los noticieros

"Io sonno cento per cento woke!”, lanza Marco Scotini en la sala penumbrosa de Proa21, en medio de la colgada de su “Archivo de la desobediencia”. Respondemos que lo suyo es de una honestidad frontal. “Y tengo a Argentina en mi cabeza desde antes de comenzar a reunir este Archivo; no solo por sus iniciativas tempranas en relación con la memoria de la dictadura, en los 80, sino también por las imágenes que llegaban a Italia de la crisis financiera”, cuenta el curador italiano en referencia a 2001. Y concluye que estas memorias colectivas pueden adoptar “la forma de un parlamento, una escuela o un jardín comunitario.”
Hasta julio, el “Archivo de la Desobediencia”, curado por Marco Scotini, reúne 36 piezas de video de artistas y colectivos, organizadas en tres segmentos, de 12 videos en rotación. Sus temas y procedencia se combinan según cuatro ejes generales: desobediencia de género, comunidades insurgentes, ecologías radicales y activismo de la diáspora. Se trata de una plataforma móvil y en expansión y sus géneros son, predominantemente, el arte político y el artivismo, acciones políticas y sociales en distintos estilos formales, todas ellas en video. En algunos casos, se trata de documentales tradicionales aunque su asunto vaya a contracorriente. Son verdaderos antinoticieros; exponen el reverso de las narrativas televisivas mainstream.
Del colombiano Carlos Motta. De estética queer, viene de inaugurar una retrospectiva en el Macba de Barcelona.
Más que como una muestra, este Archivo debería verse como una vasta videoteca que aloja todos los puntos del orbe, “en simultáneo y sin superposición”, un Aleph de episodios soslayados o periféricos a la historia que nos devuelven los mass media.
Cuando llegó a Venecia en 2024, a la politizada Biennale que curó Adriano Pedrosa, sorprendió con dos factores: por lo diverso, casi inagotable, de su registro geográfico, y, segundo, por su despliegue espacial, en el corazón del sector Arsenale, en hemiciclos que favorecían una experiencia de inmersión, con la treintena de videos corriendo al unísono. En Proa21, se optó por una puesta estetizada de la barricada urbana, también inmersiva aunque más de trinchera, con las pantallas montadas sobre vallas callejeras de metal, como las usadas en la contención de disturbios. De hecho, esta edición se subtitula (la calle), escenario en el que la insurgencia se hace fuerte. La sala está casi a oscuras, iluminada por los videos, con sus saltos de luz.
Grupo de Arte Callejero. Aquí Viven Genocidas, 2001.
Los argentinos GAC y Etcétera, Ursula Biemann, Seba Calfuqueo, Marcelo Expósito, Maria Galindo & Mujeres Creando, Pedro Lemebel y Carlos Motta, son solo algunos entre las decenas de participantes entonces y acá.
El “Archivo de la desobediencia” es, en verdad, un reservorio inagotable de imágenes. Los hay declaradamente artísticos y otros, de agitación y denuncia –como los históricos incluidos de la Argentina, del Grupo Arte Callejero G.A.C., y de Etcétera–. Otros fueron hechos en la clandestinidad.
Aprendices de guerrilleros. En la selva de la isla Luzón, en el archipiélago filipino. De la española Paloma Polo.
Cada uno de ellos ha preservado una experiencia insurgente desde su propio punto de vista: cada video atesora una encrucijada histórica precisa, a la que volvemos tras muchos años. Lo conmocionante, justamente, es ver cómo cada caso narrado evolucionó en el tiempo. Por ejemplo, los archivos argentinos: el tema del “helicóptero” y la protesta destituyente es una metáfora que acabó desactivándose como acción política, con el tiempo convertida en una proto fake news.
El destino de las chicas y muchachos en la selva de la isla Luzón, en Filipinas, aprendices de guerrilleros, en el video de la española Paloma Polo, nos llena de inquietud. Desde que fueron grabadas esas tomas, que siguen la instrucción en tácticas de ataque y supervivencia guerrillera (junto a clases de doctrina marxista en el campamento), el entonces presidente filipino Rodrigo Duterte lanzó una terrible ofensiva “antinarco” en zonas selváticas del archipiélago. Duterte fue destituido y hace apenas un mes, procesado por el Tribunal Criminal Internacional de La Haya, con el cargo de crímenes de lesa humanidad.
El despliegue en la Bienal de Venecia.
Otros videos son más cercanos. De Chile: el material de Pedro Lemebel evoluciona hacia la obra de la ceramista y artista trans Seba Calfuqueo. También hay una pieza del colombiano Carlos Motta Réquiem, artista multidisciplinario. De estética queer, en sus proyectos investiga las tensiones históricas entre religión y homosexualidad. Viene de inaugurar la retrospectiva “Plegarias de la resistencia” en el Macba de Barcelona.
En momentos de superproducción de registros visuales y falsas noticias fabricadas con IA, con audiencias tensionadas entre la banalidad narcisista de las redes y la manipulación política encubierta–, este Archivo quiere que no lo olvidemos, que no nos dejemos distraer por la trivialidad ni por lo viral. Tiene una agenda propia; quiere implantar otras memorias, las acalladas y soterradas, aquellas que quedaron fuera de cuadro.
El italiano Marco Scotini.
El curador ha llevado su “Archivo de la desobediencia”, iniciado en 2005 y que comprende piezas realizadas entre 1975 y 2023, a numerosas instituciones, entre otras, a las Bienales de Praga y Estambul.
Marco Scotini, quien estuvo en Buenos Aires en mayo para montarlo, es director artístico del FM Centro para el Arte Contemporáneo y ha dirigido desde 2004 el Departamento de estudios curatoriales y audiovisuales de la Nuova Accademia di Belle Arti (NABA), ambos de Milán. Además de haber sido curador de pabellones nacionales en diversas Bienales (Praga, Estambul y Venecia), es crítico cinematográfico. Su proyecto lleva una década de itinerancia por museos de países europeos, los EE. UU. y México.
Captura de "Flower Pluckers", de Ravi agarwal.
La pieza de la videoartista, curadora y crítica Ursula Biemann (Ginebra, 1955) es un documental extraordinario, en materiales y guión, sobre el tránsito de migrantes a través del Norte de África. Cuenta la odisea terrestre que precede al viaje de las frágiles pateras de inmigrantes por el Mediterráneo hacia Europa. Si algo puede ser descripto como “bíblico” en nuestra era de alardes tecnológicos es este viaje incesante de miles de personas, en su intento de dejar atrás el continente de origen. El documental (Sahara Chronicle, 2005/2006) fue originalmente producido para la muestra “The Maghreb Connection”, exhibida en El Cairo y Ginebra en esos años.
Desde entonces, el periplo por la gran franja desértica y a través de varios países, cubierto en trenes y camiones –5 días de carretera en el desierto, en lo alto de cajas cargadas de mercadería– se ha visto complejizada hasta lo indecible en los 20 años transcurridos desde que fue grabado. Sudán entró en guerra civil y se partió; Mali estuvo intervenido militarmente debido a los rebeldes touareg del grupo Azawad, que llegaron a tomar Timbuktu (2012) y luego se aliaron con los yihadistas Ansar Dine y con el brazo argelino de Al Qaeda: derramaron a miles de ciudadanos por la región debido a las hambrunas. Libia, que en los años 90 acogía transitoriamente a los migrantes, no se liberó de Muammar Qadafi hassta 2011. Entretanto, las precarias naves que cruzan el Mediterráneo siguen llenas.
- Archivo de la desobediencia - Marco Scotini
- Lugar: PROA21, Av. Don Pedro de Mendoza 2073
- Horario: mie. a dom. de 11 a 19.
- Fecha: hasta julio, 2025
- Entrada: gratuita
Clarin